La detoxificación celular integral y la buena nutrición son la base de nuestra salud física, mental y emocional.
Es esencial tener equilibrio intestinal para tener buena salud mental.
Está demostrado científicamente que el intestino está conectado al cerebro y cuando el intestino no funciona bien, también sufre el sistema de defensas, el neurológico y el endocrino.
Los protagonistas de nuestra salud son, sin lugar a dudas, el intestino, el hígado y el cerebro. Mantienen relación entre ellos e intervienen en múltiples reacciones metabólicas.
En la actualidad, la depresión y la ansiedad, están consideradas, como la mayor causa de baja laboral en España y 7,5 millones de españoles consumen psicofármacos.
En el intestino tenemos el 85% de nuestro sistema inmunitario y el 95% del neurotransmisor de la serotonina. El estrés afecta al intestino provocando permeabilidad intestinal, lo que conlleva que se saturen otros órganos con la función de eliminación como son el hígado, los riñones y el sistema linfático. Es decir, que para una buena salud mental y para la eficiente síntesis de los neurotransmisores, el bienestar del hígado es esencial ya que también interviene en la síntesis de los mismos.
La salud y la enfermedad, también están directamente relacionadas con nuestra capacidad de detoxificar tanto productos endógenos de nuestro propio metabolismo como exógenos.
Nuestras células disponen de un sistema reparador, y el objetivo es estimular a éste para que disponga de los medios necesarios biológicos necesarios.
Sufrimos ciertas condiciones de salud largo tiempo en nuestras vidas con las que convivimos y fueran algo a lo que debiéramos adaptarnos. No tenemos por qué vivir con ello, podemos intervenir en recobrar la salud física, mental y emocional mediante una terapia individualizada: aminoácidos, vitaminas, minerales, oligoelementos, adaptógenos, entre otros.
La toma de suplementación nutricional complementaria a la dieta es debida a las deficiencias de la vida moderna por empobrecimiento de suelos, metales pesados, pesticidas, microplásticos, fármacos, drogas, la falta de luz o por el estrés.
En dosis adecuadas desempeñan un papel crucial, además de suprimir aquellos tóxicos que consumen cantidades alarmantes de nutrientes imprescindibles en el metabolismo de los neurotransmisores.