Disbiosis: desequilibrio de bacterias, hongos o parásitos

¿Has oído hablar de la disbiosis?

La disbiosis intestinal es un desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal, que puede afectar negativamente la salud general. La microbiota intestinal es una comunidad diversa de microorganismos que desempeñan un papel crucial en la digestión, la inmunidad y la síntesis de vitaminas. Un equilibrio saludable de estas bacterias es esencial para el bienestar.

Nuestra microbiota es única, sólo 1/3 es común a la mayoría de la gente.

Las causas de las disbiosis son diversas:

  1. Antibióticos: El uso excesivo o inadecuado de antibióticos puede destruir tanto bacterias beneficiosas como patógenas.
  2. Dieta pobre: Una dieta rica en azúcares, grasas saturadas y baja en fibra puede alterar la microbiota.
  3. Estrés: El estrés crónico puede afectar negativamente la composición de las bacterias intestinales.
  4. Enfermedades: Enfermedades gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad inflamatoria intestinal, pueden causar disbiosis.
  5. Estilo de Vida: Falta de ejercicio, consumo de alcohol y tabaquismo también pueden contribuir a la disbiosis.
  6. Antiácidos o inhibidores de la bomba de protones o fármacos: la toma de estos afecta el equilibrio intestinal.
  7. Por exceso de higiene: el uso excesivo de jabones
  8. Exposición a toxinas: que se acumulan en las células

Tipos de disbiosis:

Disbiosis putrefactiva

Disbiosis fermentativa

Disbiosis deficiente en microflora

Disbiosis mixta extensiva

Disbiosis por candidiasis mucosal

Disbiosis por disfunción enzimática

Disbiosis del intestino delgado por sobre crecimiento (SIBO)

Y las consecuencias de las disbiosis que se alargan en el tiempo son muchas:

Trastornos Digestivos:

  • Síndrome del intestino irritable (SII): Puede provocar síntomas como dolor abdominal, diarrea y estreñimiento.
  • Enfermedades inflamatorias intestinales (EII): Incluyen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
  • Intolerancias alimentarias: Como intolerancia a la lactosa o al gluten.

Problemas Metabólicos:

  • Obesidad y diabetes tipo 2: La disbiosis puede afectar la manera en que el cuerpo metaboliza los alimentos, contribuyendo a la resistencia a la insulina y el aumento de peso.
  • Síndrome metabólico: Incluye un grupo de condiciones como hipertensión, hiperglucemia y dislipidemia.

Compromiso del Sistema Inmunológico:

  • Alergias: La disbiosis puede contribuir a una respuesta inmune hiperactiva.
  • Enfermedades autoinmunes: Como la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple, donde el sistema inmunitario ataca al propio cuerpo.

Problemas de Salud Mental:

  • Ansiedad y depresión: Existe una conexión bidireccional conocida como el eje intestino-cerebro, donde la salud intestinal influye en la salud mental y viceversa.
  • Autismo y otros trastornos del neurodesarrollo: Estudios sugieren una posible conexión entre la microbiota intestinal y el desarrollo neurológico.

Enfermedades Cardiovasculares:

  • Hipertensión: La disbiosis puede afectar la regulación de la presión arterial.
  • Aterosclerosis: La inflamación y el metabolismo alterado de lípidos debido a la disbiosis pueden contribuir a la formación de placas en las arterias.

Existen tratamientos específicos para la regulación de cada una de los tipos de disbiosis:

Para mantener y restaurar un equilibrio saludable en la microbiota, se pueden emplear diversos enfoques terapéuticos. Entre las opciones más efectivas se encuentran los probióticos, que ayudan a reintroducir bacterias beneficiosas en el sistema digestivo. Las enzimas digestivas y antiinflamatorias también juegan un papel crucial, facilitando la digestión y reduciendo la inflamación.

Además, se utilizan bactericidas, antiparasitarios y antifúngicos para combatir microorganismos dañinos que puedan estar alterando el equilibrio microbiano. Las algas quelantes de metales pesados son útiles para eliminar toxinas del organismo, mientras que los aminoácidos, vitaminas, oligoelementos y minerales aportan los nutrientes necesarios para apoyar la salud general del cuerpo.

La fitoterapia y la micoterapia, que emplean plantas medicinales y hongos respectivamente, también ofrecen beneficios significativos para la regulación de la microbiota. Por último, los prebióticos, en forma de fibra, proporcionan el alimento necesario para que las bacterias beneficiosas prosperen, fortaleciendo así la microbiota intestinal de manera integral.

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