Las enfermedades autoinmunes son afecciones en las que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error a sus propios tejidos y órganos. Normalmente, el sistema inmunológico protege al cuerpo contra infecciones y enfermedades atacando a virus, bacterias y otros patógenos. Sin embargo, en las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunológico no puede distinguir entre células propias y extrañas, lo que lleva a la destrucción de tejidos sanos.
Existen más de 80 tipos de enfermedades autoinmunes, y algunas de las más comunes incluyen:
- Artritis reumatoide: Afecta principalmente a las articulaciones, causando dolor, hinchazón y deformidad.
- Lupus eritematoso sistémico: Puede afectar múltiples órganos, incluidos la piel, las articulaciones, los riñones y el cerebro.
- Esclerosis múltiple: Afecta el sistema nervioso central, causando problemas de movimiento, coordinación y equilibrio.
- Diabetes tipo 1: El sistema inmunológico ataca y destruye las células beta del páncreas que producen insulina.
- Enfermedad celíaca: El gluten provoca una respuesta inmunológica que daña el revestimiento del intestino delgado.
Los síntomas de las enfermedades autoinmunes pueden variar ampliamente según la afección y los órganos afectados, pero a menudo incluyen fatiga, fiebre, inflamación y dolor.
Ciertos alimentos tienen antinutrientes que se desarrollan como mecanismo de defensa contra insectos o hongos, y pueden ser inmunoreactivos. Esto implica que pueden desencadenar una respuesta autoinmune si ya existe una predisposición.
Los encontramos en:
Cereales domésticos refinados: trigo, trigo integral, maíz, cebada, centeno y algunas especies de avena (todos contienen gluten). Las proteínas del gluten pueden desencadenar una respuesta inmunológica.
Legumbres: soja, habas, alubias, lentejas. Contienen lectinas y fitatos pueden promover la inflamación y la respuesta autoinmune.
Solanáceas: tomate, berenjena, patata, pimiento rojo (éstas especialmente afectan en la inflamación articular). Las solanaceas contienen alcaloides como la solanina y la capsaicina, que pueden tener efectos inflamatorios. Estos compuestos pueden afectar la permeabilidad intestinal que se asocia a una mayor reactividad inmunológica. Además de contener lectinas que son proteínas que pueden unirse a las células de la mucosa intestinal y afectar la integridad de la barrera intestinal, potenciando la inflamación y la respuesta autoinmune.